jueves, 13 de enero de 2011




El hielo, frío y niebla nos dio imágenes muy diferentes, demasiado para una mañana

lunes, 3 de enero de 2011

La niña que vino del bar





Texto Jesús Peña
La niña que vino del bar

Aquella era una noche como cualquiera en que los clientes la vieron cruzar la ancha puerta de la Bohemia metida en su ajustada y corta falda de mezclilla, y esa blusa colorada que dejaba ver un suculento trozo de paraíso
Los ojos de los parroquianos siguieron como hipnotizados el sabroso contoneo de sus caderas y el vaivén voluptuoso de sus piernas de vedette, que la llevaron hasta su silla predilecta frente a la barra.
– ¿Me pichas una cerveza?, dijo a un hombre que por buena o mala fortuna se había sentado a su lado.
El tipo, que no parecía uno de esos rudos mineros que acostumbran venir a la Bohemia después de morir un poco en las fauces de la tierra, accedió.
Apenas la chica dio varios tragos y dejo vacía la botella.
– ¿Me pichas otra? ¿Ándale?, volvió a rogar.
Y entre cerveza y cerveza se le aflojó la lengua. Era la madre soltera de dos niños pequeños con quienes vivía en un barrio proletario de Nueva Rosita y... nada más. Pero allá no era lo que en la Bohemia, sino una señora como la que más.
“Ora dame 10 pesos pa la música”.
Los ojos de los parroquianos la encaminaron hasta la rockola entre humos de cigarro y la luz ambarina del bar, que dejaba ver al fondo un altar de la Santa Muerte.
“Por otros 10 bailamos... ¿Cómo ves?”.
El hombre permaneció impávido sobre la barra.
“¿No?, bueno entonces me píchas otra cerveza ¿Sí, ándale?
Total que la desvelada le hacía lo que el viento a Juárez y en la mañana estaría despierta para levantar a sus hijos, darles el desayuno y mandarlos a la escuela.
”Toca, tócame, ándale, así...”, dijo y se frotó todo el cuerpo con la mano regordeta y morena de aquel extraño, como si estuviera haciéndose una limpia que le cambiara un poco la amarga suerte de aquella noche.
“Si quieres nos vamos pa fuera”, dijo y dio un largo trago a su cerbatana.
El tipo se levantó de la barra sin decir palabra y mientras se perdía entre las sombras traicioneras de la calle oyó decir a sus espaldas
“Oye, ¿me pichas la última cerveza?”.

sábado, 1 de enero de 2011

Tradiciones y cabrones.










Dicen que es tradicion en Saltillo, que tambien esta en crisis la venta de cabrito, que ya no se cena en navidad y fin de año, ¿tradicion en crisis? lo cierto es que los criadores se quejan amargamente. Los cabritos ajenos a cualquier tradicion navideña ven alargada su vida y algunos con un poco de suerte se convertirán en auténticos cabrones, eso si, de los buenos.