Olivia tiene las uñas negras tal como las llevaba su hijo, hace ocho años cuando regreso a casa en una caja de madera. Las manos de Olivia buscan aluminio en el basurero de barroteran, las de su hijo Francisco buscaban carbón en el pozo La Espuelita
Barroteran Coahuila, 23 enero 2010-01-23
Un gélido 23 de enero de hace 8 años trece mineros fallecieron ahogados en el pocito carbonero conocido como “La Espuelita”
Hoy se conmemora el aniversario de esta tragedia, y todo parece que sigue igual. Se cierran círculos, los niños que por aquellos días no entendían lo que ocurría hoy son adolescentes y ya bajan a los pocitos a sacar carbón como sus padres, hermanos, tíos y primos lo hacían.
Los niños de hoy corretean cerca de donde se encontraba la entrada al Pozo, “La Espuelita”, hoy tapada con dos grandes piedras, algunos como Alan, nieto de Juan Ángel Garza, que perdió a tres de sus hijos, dice, “mi tío Juanin, esta ahí abajo, se cayo”. Los demás completamente ajenos siguen corriendo y riendo entre las flores y las cruces que honran la memoria de los trece mineros fallecidos aquel fatídico 23 de enero del 2002.
Seguramente ya lo sabes pero eres un maravilloso atrapador de imágenes, las miradas, las texturas y los contrastes son inmensos, un saludo enorme desde Xalapa, da gusto visitar blogs así,ALBA.
ResponderEliminarque imagenes tan reales,,,que captan el dolor de una madre que perdio un hijo y de un padre que perdio tres,,,,de la inocencia de los niños que algun dia tendran que pasar por ese camino.... gracias por todos sus comentarios y por estar año con año acompañandonos en algo que se recuerda como se fuera ayer.... al menos asi lo vivimos diariamente la familia garza arias..
ResponderEliminarFlor, es un privilegio para mi cada vez que llego a esa hermosa tierra, yo soy el que tengo que agradecerles por ser como son, por esa calidad humana que demuestran y por la forma que enfrentan adversidades tan grandes. Ojala que algun dia las tragedias queden para siempre en el pasado y la justicia inunde de una vez por todas a todos los mineros y sus familias.
ResponderEliminarUn gran abrazo para ti y tu familia.
Miguel Sierra